El viernes vi, en TCM clásico, una de esas películas que todo el mundo ha visto, normalmente en semana santa, que es cuando las cadenas en abierto suelen recurrir a estas historias "de romanos", Espartaco, del gran Stanley Kubrick, es una de las mejores películas de su género, está ahí ahí con Ben-Hur, aunque Espartaco no logró la avalancha de premios que logró la película de Charlton Heston, me parece que Kubrick y el guionista, Dalton Trumbo, dan a la película un tono muy diferente al de otras películas del estilo.
Espartaco narra la revuelta de un grupo de esclavos, liderados por Espartaco (Kirk Douglas) contra el imperio romano. Esta revuelta comienza cuando Espartaco es vendido a la escuela de Léntulo Batiato (Peter Ustinov) y obligado a una lucha a muerte, al mismo tiempo su amada Varinia (Jean Simmons) es vendida a Marco Licinio Craso (Laurence Olivier), esto hace reflexionar a Espartaco sobre su condción y comienza su periplo hacia el puerto de Brindisio para regresar a su hogar, a lo largo de ese viaje, Espartaco y su ejército de esclavos van de ciudad en ciudad liberando a los esclavos.
Al mismo tiempo, en Roma se debate sobre el impacto en el sistema romano que tiene la revuelta de esclavos, y asistimos al enfrentamiento entre Graco (Charles Laughton) y Craso, cada uno con su vision de lo que debe ser Roma.
Lo primero que se debe decir es que es un milagro que esta magnífica película llegase a buen término, pues viendo la cantidad de problemas entre los protagonistas, el director, el guionista, etc... lo normal es que el proyecto acabase fallando, gracias a los dioses no fué así y hoy tenemos esta fantástica película.
Bien es cierto que es la película menos personal de Kubrick ya que según sus propias palabras, no tuvo sobre ella todo el control que le gustaría, pero aún así resulta brillante, más que por la dirección, por las actuaciones, un reparto magistral y unos diálogos brillantes, nadie se explica como la película no fué nominada a mejor guión... bueno se explica por motivos políticos ya que el guión fué adaptado de la obra de Howard Fast por Dalton Trumbo, guionista que estaba en la lsta negra de Hollywood por sus ideas políticas, de hecho su nombre no habría aparecido en los créditos de no ser por la influencia de Kirk Douglas.
La película alterna magistralmente secuencias de acción del ejército de Espartaco con escenas de más diálogo en Roma, en las que se asiste a los ardides de Graco y Craso ante el senado.
Y si bien durante la mayor parte del tiempo es una película de aventuras (llamémoslo así) logra tocar la fibra sensible del público en la última media hora y su mítico final.
Es una película larga, dura 184 minutos la versión original, en 1991 se añadieron unas escenas censuradas y aumentó su duración casi un cuarto de hora, por cierto, entre esas escenas está la famosa escena de las ostras y los caracoles, en la que Craso trata de seducir a su esclavo Antonino (Tony Curtis) y utilizando la analogía de las ostras y los caracoles Craso llega con Antonino a la conclusión de que las preferencias sexuales son más cuestión de gusto que de moralidad.
Si esta escena es famosa, más bien como anécdota y por su censura, la película contiene una magnífica escena inolvidable, y esa es la de los seguidores de Espartaco coreando el "Yo soy Espartaco..." fantástico.
Como resumen, me parece una película imprescindible, ya no dentro de la filmografía de Kubrick (que tambien) sino dentro del mundo del cine en general, y aunque el estilo de Kubrick no sea tan patente como en otras de sus obra como La naranja mecánica o 2001, la película resulta magnífica y quizá menos compleja que las otras películas del director.
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