Drácula, de Bram Stoker, es una de mis películas favoritas, de esas que no me canso de ver, y que siempre incluiría en una lista de las mejores películas
Dirigida por Francis Ford Coppola en el año 1992, tiene como protagonista principal a Gary Oldman que da vida magistralmente a Drácula, otros actores conocidos son Anthony Hopkins (Van Helsing), Keanu Reeves (Jonathan Harker) y Winona Ryder (Mina Harker).
La historia es de sobra conocida, el conde Drácula es un no muerto, un vampiro, que se alimenta de sangre humana y vive en un castillo en Transilvania, tiene el poder de manejar la niebla, las bestias e incluso de transformarse en murciélago o lobo.
Sin embargo esta película muestra las motivaciones de Drácula y como adquiere la condición de vampiro, en una genial secuencia inicial que cuenta la trágica muerte de su esposa y el rechazo a Dios de Drácula tras ella.
Después de cientos de años, un joven abogado, Jonathan Harker, viaja al castillo de Drácula, siendo captuado por el conde que viajará a Londres al quedar enamorado de la prometida del abogado, Drácula ya en Londres, y con un aspecto completamente diferente al que presenta en el castillo, tiene una serie de encuentros con Mina y al mismo tiempo se alimente de Lucy, la mejor amiga de ésta.
Jonathan Harker consigue escapar y se casa con Mina, una serie de acontecimientos provocarán la aparición del Doctor Van Helsing que, con la ayuda de Harker y otros personajes, tratarán de matar al conde y lo perseguirán hasta su propio castillo.
Este es, muy resumido el argumento de la película y tambien, más o menos, de la novela.
Sin embargo la película de Coppola posee varios elementos que la hacen destacar por encima del resto de las innumerables adaptaciones cinematográficas del mito de Drácula, la ambientación es sencillamente magistral, la música fantástica y el remate final es la canción final de Annie Lennox "Love Song for a Vampire"
En esta película se refleja al Drácula monstruo, si, pero también al Drácula, romántico, al anciano, al caballero conquistador, al sanguinario guerrero. La interpretación de Gary Oldman es increíble, su personaje suscita tantas sensaciones a lo largo de la película, el Drácula anciano es cuando menos, inquietante (ojo a los juegos con la sombra del conde en el castillo), el Drácula caballero provoca una atracción irresistible, el Drácula monstruo que ataca a Lucy es realmente temible, y el Drácula de la escena final no puede inspirar otra cosa que comapsión por su desgracia. La frase "te amo demasiado para condenarte" es una muestra de la humanidad y el amor que guarda Drácula.
También notable es la actuación de Anthony Hopkins como el excéntrico aunque sabio Doctor Van Helsing, hay otros dos protagonista que no me suelen gustar mucho, Winona Ryder (normalmente sosilla, pero sorprendentemente bien como Mina Harker) y Keanu Reeves (no se luce mucho pues queda apartado de la trama principal gran parte de la película)
La película está plagada de escenas que atrapan visualmente, desde la furia del inicio cuando Drácula clava su espada en la cruz, hasta la escena final, pasando por la escena del laberinto con Lucy vestida de rojo sangre al encuentro del conde en una atmósfera mas bien tétrica.
Las escenas que ocurren en el castillo son especialmente llamativas, tanto por el aspecto del conde, como por muchos de los elementos que se presentan en ellas.
A lo largo de la película cambiamos muchas veces de "narrador" las escenas pasan de un personaje a otro con relativa frecuencia, sin embrago no da la sensación de ser algo desordenado ni caótico, siempre sabemos que está ocurriendo y porqué, la película no deja nada al azar, personajes que en un principio desconciertan acaban teniendo su explicación
En resumen una película fantástica que no deja indiferente, recomendable 100%
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