lunes, 25 de mayo de 2009

Una noche en la Ópera (1935)


El sábado por la noche me llevé una gran sorpresa al descubrir que emitían esta película en TCM, así que, por supuesto me puse a verla, siempre es agradable ver una buena película en televisión aunque sea por satélite.

Así no puedo menos que dedicarle la entrada a esta genial comedia de los Hermanos Marx.

Una noche en la ópera, es la sexta película de los Marx y la primera sin Zeppo.

La historia empieza en Milán, donde surge una historia de amor entre la soprano Rosa y el tenor Ricardo Baronni. El cazadotes Otis B. Driftwood (Groucho Marx) con poco ojo para las finanzas pero con bastante caradura, intenta hacerse con la fortuna de la Sra. Claypool (Margaret Dumont), que es la patrocinadora de la ópera, así todos se trasladan a Nueva York, pero Ricardo ha sido sustituido por otro tenor llamado Lasparri, al mismo tiempo el barco a Nueva York cuenta con tres polizones, Florentino (Chico), Tomás (Harpo) y el propio Ricardo Baronni que no está dispuesto a renunciar al amor de Rosa.
Naturalmente, como en casi todas las películas de los Hermanos Marx, el caos llegará todos los lugares en los que se desarrolla la acción.

La música tiene un papel importante en la película, aparte de la ópera, hay una escena muy bonita y alegre en la cubierta del barco, en la que Chico y Harpo se lucen tocando varios instrumentos, y Ricardo Baronni canta una magífica canción, me gusta en especial el plano en el que Harpo toca el arpa, en medio de una canción con un ritmo alegre y una coreografía propia de una verbena, las notas suaves y lentas del arpa ejercen en todos un efecto calmante, incluso en el propio Harpo.

La verdad es que esta película se puede resumir en una palabra: Genial, pues genial es la escena del camarote, la del restaurante, la de los aviadores, la de las camas...
Geniales los diálolgos de Groucho, "Como pienso despacio necesito todo el día" "Todo en ella me recuerda a usted...excepto usted"...

Tambien aprendimos que en un contrato la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte y que cada orden de comida en un barco debe ir acompañada de dos huevos duros.

Una obra maestra de un trío que se complementaba a la perfeccion, Groucho era el humor inteligente, esas frases demoledoras que esconden más de lo que dicen, Harpo un humor más "físico" y casi infantil y Chico un punto medio entre ambos.

Sería injusto acabar esta opinión sin mencionar a la magnífica Margaret Dumont, que actuó en varias películas con los Hnos. Marx, haciendo de viuda adinerada que siempre es el objetivo de Groucho, siempre un personaje que despierta compasión y risa, pues los insultos que Groucho le dedicaba y sus indirectas, eran tomadas por ella como un halago o una excentricidad.

Resumiendo, si alguien no ha visto esta película, no sé a qué está esperando, porque es de esas películas atemporales, siempre hace gracia, sus diálogos siempre serán recordados, la escena del camarote será siempre una de las mejores y más recordadas de la historia del cine.

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