Hoy una de esas películas memorables, basada en un personaje histórico real, Braveheart, narra la vida de William Wallace y su lucha por conseguir la libertad de Escocia.
La historia empieza con un joven William Wallace, que presencia la muerte de su padre y su hermano a manos de los ingleses, a partir de ahi la tutela del joven pasa a su tío Argay, éste envía a Wallace al extranjero para que tenga una buena educación, a su vuelta Wallace (ya con el rostro de Mel Gibson) viene con la intención de llevasr una vida tranquila y pacífica, lo cual se le hace muy difícil pues el rey, Eduardo I de Inglaterra (alias "Longshanks") ansía anexionar Escocia a Inglaterra, ya que el último rey escocés no dejó descendencia y para ello, establece normas muy duras, la última ha sido la de reestablecer el "lus prima noctis" (derecho de pernada).
Para evitar que su amada Murron sea violada por los ingleses William se casa en secreto con ella, pero son descubiertos y Murron es asesinada por el Sherif de Lanark, tras este hecho, William toma la determinacion de luchar hasta la muerte por la libertad de Escocia y la derrota de Inglaterra.
Su valor e inteligencia, le proporcion una fama por toda Escocia que hace que su ejército crezca rápidamente, logrando infligir a las tropas inglesas una humillante derrota en la batalla de Stirling.
Al logar esta victoria los nobles de Escocia nombran a Wallace, "Guardian de Escocia", sin embargo entre los nobles reina la desunión ya que el Rey ingles los ha sobornado. El heredero al trono escocés, Robert Bruce duda entre seguir los consejos de su padre o sus deseos de seguir a William Wallace.
Tras ello, y consciente de que el Rey inglés volverá atacar, William conquista la ciudad de York, tras esa conquista, el rey envia a negociar a la esposa de su pusilánime hijo, la princesa Isabel de Francia (Sophie Marceau) que se convertirá en una inesperada aliada de Wallace.
La respuesta del Rey causa una tremenda derrota al ejercito escocés de Wallace en Falkirk, a esa derrota contribuye la traición de los nobles, contra los que Wallace jura venganza contra ellos.
No obstante es consciente de que sin los nobles no hay victoria posible, por eso corre el riesgo de reunirse con ellos en Edimburgo, a petición de Bruce, que realmente desea ayudarle, pero William es engañado y capturado por los inglese. Robert Bruce culpa del engaño a su padre moribundo.
Tras la condena, tortura y muerte de Wallace, Robert Bruce es el rey de Escocia, pero debe postrarse ante el nuevo Rey inglés, ya que tras la ejecución de Wallace, Eduardo I fallece y le sucede su hijo Eduardo II.
Sin embargo Robert Bruce decide cumplir su deseo inicial de luchar por el objetivo de William Wallace y vence en la batalla de Bannockburn al ejercito inglés, logrando la libertad de Escocia.
Tras su debut como director en 1993 con "El hombre sin rostro", Mel Gibson sorprendió a muchos con una superproducción histórica de casi 3 horas de duración, que resulta magnífica, unas brillantes actuaciones, sobre todo Gibson en su mejor papel, aunque los demás personajes tambien son buenos y una historia mezcla de drama, romance, acción e historia (aunque como casi siempre en este tipo de películas no es fiel al 100% a la historia de William Wallace)
Las batallas son de lo más realistas y cruentas que se había visto hasta entonces, y el guión es magnífico, además de la mítica frase "podrán quitarnos la vida pero jamás nos quitarán... LA LIBERTAD!!!!), contiene muchas frases que contribuyen a que las escenas de esta película no se nos borren de la cabeza.
Las pegas que se le pueden poner, pocas la verdad, quizá que no dedica demasiado tiempo a la historia de amor entre Wallace y su mujer, pero si se incluyese eso la película resutaría demasiado larga, o el final que levanta opiniones encontradas, a mi personalmente me parece un final magnífico y de los más emocionantes que he visto.
Como en tantas otras ocasiones voy a hacer mención aparte a la banda sonora, y es que lo merece, James Horner logra una música fantástica, basada en las más típicas gaitas escocesas, aporta el toque que falta en las escenas, bien sean de batalla, de amor, o la genial escena final, en la que para mi la música alcanza el protagonismo más absoluto tras el desgarrador grito de William antes de ser decapitado, realmente fantástica.
La película fué galardonada con cinco Oscar, de los 10 a los que optaba: Mejor película, director, sonido, maquillaje y fotografía.
Me parece una de esas películas imprescindibles, eso sí debido a su duración hace falta tiempo para verla, pero es para sentarse y disfrutar.
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