Tras el comentario de Alicia en el país de las maravillas, con el paréntesis de Hitchcock, hace unos días decidí volver a ver la otra película de Tim Burton basada en un libro infantil, Charlie y la fábrica de Chocolate: la película está basada en el libro del mismo título escrito por Roald Dahl en 1964,
La historia se centra en Charlie Bucket, un niño que vive en una pequeña casa con sus padres y sus cuatro abuelos, la familia es bastante pobre y sólo se pueden permitir regalarle a Charlie una tableta de chocolate al año; cerca de la casa de Charlie se encuentra la mayor y mejor fábrica de chocolate del mundo, la fábrica de Willy Wonka, que lleva años cerrada al público tras un caso de espinaje industrial. Sorprendentemente el Sr. Wonka decide un buen día reabrir la fábrica e invitar a cinco niños a visitar sus instalaciones acompañados de un familiar, como es previsible Charlie encuentra uno de los billetes dorados y decide que le acompañe en la visita su abuelo Joe. Una vez dentro de la fábrica conocen al excéntrico Willy Wonka (Johnny Depp) y a los obreros llamados Oompa Loompa, descubren las más fascinantes salas y los más increíbles inventos en cuestión de dulces, al mismo tiempo, los otros cuatro niños van siendo expulsados de la fábrica por su mal comportamiento, y es que los niños que acompañan a Charlie son bastante repelentes y maleducados, al final cuando sólo quedan Charlie y su abuelo, Willy Wonka revela el verdadero objetivo de la visita, elegir a su sucesor al mando de la fábrica, lo que no tenía previsto Willy Wonka es que Charlie le va a hacer un regalo que vale mucho más que la fábrica.
La película es algo previsible, pero no hay que olvidar que está basada en un libro infantil con lo cual, desde el principio suponemos que Charlie será quien gane el billete y que será él quien llegue hasta el final, de la misma manera que los caracteres de los niños son muy exagerados, el niño glotón, la repelente y competitiva niña del chicle, la insoportable niña mimada y el niño destructivo y problemático, el mismo Charlie es demasiado ideal, bueno, honesto, etc... de todas formas es agradable ver una película donde los niños actúan como tal, porque hay muchas películas llenas de niños repelentes y sabelotodo, actuando como adultos.
Los números musicales de los Oompa Loompa son alegres pero algo repetitivos, ya que la melodía es la misma pero cambiando la letra en cada número, el punto fuerte de la película (a mi entender) es la escenografía, pues el ambiente del pueblo y el exterior de la fábrica contrastan con el interior, colorista e impresionante, tambien el personaje de Depp aporta mucho a la película, es un personaje excéntrico y desconcertante con un cierto toque infantil y siniestro al mismo tiempo. El personaje de Charlie está interpretado por Freddie Highmore quien ya me había gustado bastante en "Descubriendo nunca jamás" también junto a Johnny Depp.
Un detalle que me ha gustado es el dotar a Willy Wonka de un pasado, así vemos que Wonka fué un niño traumatizado por su padre (Christopher Lee), dentista y que impedía al joven Willy comer caramelos.
En definitiva, no es una película de las mejores de Burton, quizá demasiado infantil, la música algo repetitiva, sin embargo el texto es estupendo, la historia clásica y visualmente impecable.
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